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Encuentro Anual 2011

Un año más, aunque no pudo ser en la habitual fecha de Cristo Rey, tres miembros de la Junta Directiva, Mª Soledad, Hortensia y Begoña, junto con nuestro Consiliario viajaron a Lleida para encontrarse con el grupo que se reúne en esta ciudad. Con ellos compartieron una tarde de retiro, la Eucaristía, la comida y un ratito de tertulia el Domingo. Además disfrutaron de la cariñosa acogida de todas y en particular de Dolors que los acompañó a la Seu Viella de cuya belleza disfrutaron bajo la típica niebla invernal de Lleida.El sábado, en el retiro, nuestra Presidenta, Mª Soledad Cosmen expuso el mismo tema que en el Retiro Convivencia, cuyo resumen publicamos en esta misma Hoja. D. Juan Bautista, poniendo como telón de fondo el Adviento y lo que caracteriza este tiempo de esperanza y Mariano por excelencia nos animó a fijarnos en Ella, que fue instrumento eficaz e imprescindible para la Salvación. Por esta razón es un tiempo muy de Domus Mariae. Como la vida de María tuvo un sentido, la misión para la que fue elegida, también cuanto nosotros hacemos tiene sentido, es para una misión. Esto lo tenemos que tener también claro cuando acudimos a la reunión de grupo, pues cuando respondemos a la llamada del Señor damos fruto y ese fruto es lo que va a interrogar a los que nos rodean.

El Adviento es asimismo tiempo de conversión: Para que la vida de Dios pueda nacer en mi necesito esa conversión que me ha de llevar a hacer no solamente los normal sino lo mejor, respondiendo al deseo que el Señor pone en nuestro corazón de una mayor perfección e intimidad con Él. Jesús cuenta con hombres y mujeres imperfectos y pecadores pero con ese deseo de perfección.

Vivir estas cosas en comunidad nos ayuda y esa es la razón de nuestra reunión de grupo. El testimonio de los demás, las experiencias del otro, nos estimula y nos hace ver lo que en nosotros no está tan bien y hemos de ir cambiando, lo que aún nos falta para llegar al Señor, porque mi meta no soy yo, sino la Santidad de Cristo.

Deseo y esperanza son también palabras del Adviento. Nos tenemos que preguntar si tenemos ese deseo de Dios, porque ese deseo es el que convierte nuestra vida.

Después Teresa, que hizo su ingreso oficial nos contó cómo había llegado a Domus Mariae de la mano de Aurora y nos hizo partícipes de su ilusión.

Tras el coloquio se completó la tarde con la Eucaristía y una agradable cena con las que pudieron acompañarnos.

El Domingo, tras la visita turística, la fiesta grande con la Eucaristía, en la que hizo su ingreso Teresa y en la que contamos con la compañía de D. Joaquín Lax. En la Homilía, D. Juan Bautista nos recordó cómo Domus Mariae somos una pequeña familia, dentro de la gran familia de la Iglesia, donde tenemos que hacer palpable y visible todo el amor de Dios, todo el mensaje de Cristo. Esto lo haremos –nos dijo– escuchando la Palabra de Dios, porque Él es el único Maestro. Esa Palabra que es fácil de comprender y cuando no la comprendemos es porque no somos sencillos sino que pretendemos que el Señor se adapte a nosotros. La Palabra de Dios –insistió– es lo que tiene que nutrir nuestra vida, esa Palabra de Dios que leemos cada día y debemos meditar tiene que ser un pilar fundamental de nuestra vida espiritual.

Después la comida, a la que también nos acompañó D. Joaquín, en un ambiente de familia que vive la alegría del encuentro. Concluyó la jornada con una tertulia en el Corazón de María en la que participó casi todo el grupo y por medio de sendas llamadas telefónicas de nuestra Presidenta se hicieron presentes Rosita y Angelines que por razones de salud no habían podido acompañarnos.