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El sábado 19, eran las 5 de la tarde, cuando comenzó nuestro encuentro, después de cinco años de ausencia, a causa de la pandemia, siendo el encuentro en el Colegio Cor de María. Todas fuimos llegando, fue motivo de ilusión al vernos y abrazarnos, compartimos muchas experiencias y sentimientos vividos durante estos largos años.

Enseguida comenzó la charla con Soledad en la que nos explicaba el valor de la Esperanza, que muchas veces las cosas pequeñas nos agobian y perdemos la esperanza y es cuando Dios actúa en nuestra vida, que pensamos que Jesús duerme y no nos escucha, pero Él es tan Misericordioso que tiene su tiempo, aunque en el momento no nos resuelve nuestras necesidades, pero Dios está ahí derramando su gracia en cada uno de nosotros.

A continuación la charla de Don Juan Bautista, que nos hablaba de la Fe y del Hijo Prodigo, nos recalcaba que nuestra Fe nunca decaiga, que muchas veces a través de acontecimientos en nuestra vida, nuestra Fe decae, que la tengamos bien cimentada para no recaer, que la Fe cuando cae la vemos oscura pero a través de esas oscuridades encontramos la Luz, que es nuestra Fe , que debemos ser agradecidos con Dios de todo lo que Él nos da y nunca exigirle más de lo que debemos, como el Hijo Prodigo, que le exigió la parte de su herencia y la malgastó con su mala vida y sin embargo Dios fue Misericordioso, que lo perdono y lo revistió nuevamente de su gracia.

A continuación comenzó la Eucaristía, terminando, nos despedimos para continuar al día siguiente.

Domingo 20, la Celebración de Cristo Rey, a las 12 comenzó la Eucaristía y todos íbamos, desde nuestro corzón, como comenzó el canto de entrada: "Venimos con alegría Señor los que caminan por la vida sembrando tu paz y amor"; así íbamos todos a ese encuentro con Jesús, cargados de mucha alegría y sentimientos compartidos, a darle gracias por darnos la oportunidad de volvernos a encontrar, y en donde todos nuestros Esposos fueron invitados.

En la Homilía, Don Juan Bautista, nos hacia una reflexión, sobre el poder que tiene Jesús hacia nosotros sus hijos, que nunca nos soltemos de su mano, de permanecer siempre a su lado que es lo que le da sentido a nuestra vida y lo que sostiene nuestra Esperanza y nuestra alegría de estar siempre junto a Él.

Terminada la Eucaristía, nos dirigimos a los jardines del Colegio Cor de María donde hacia un día soleado y maravilloso. Llegando la hora de la comida fuimos entrando al comedor donde compartimos una deliciosa comida preparada por todo el grupo que era la Hna. Carmen, Adela, Carmen y Fernando, Ana y Antonio, Ana María y Antonio, Pepita, Carmen Milla, y Virginia, y siempre recordando a las que no pudieron asistir por motivos de salud, pero que las tuvimos presentes en nuestras oraciones. Terminada la comida, tuvimos la charla y en la que participaron también nuestros esposos.

Llegó el momento de despedirnos, agradeciendo a Soledad, Hortensia y Don Juan Bautista, su valiosa asistencia, comprometiéndonos todas a continuar trabajando con Fe y Esperanza en Domus Mariae.

Gracias Soledad, gracias Hortensia, gracias Don Juan Bautista, por habernos permitido volver a encontrarnos de nuevo, deseando que, si Dios quiere, volvamos a encontrarnos el próximo año.

Hasta siempre.

Virginia