Oración para comenzar la lectura de la Palabra de Dios Señor, habla a mi alma con la fuerza de tu Palabra. Hazme comprender lo que en ella me quieres decir. Dime, Señor, lo que yo puedo darte. Aquí estoy para hacer tu voluntad. Amen
|
![]() |
![]() |
1 de Febrero de 2023 Miércoles de la Semana IV del Tiempo Ordinario. AÑO IMPAR Hb 12, 4-7, 11-15 / Sal 102,1-18 / Mc 6,1-6 T. "Hijo mío, no rechaces el castigo del Señor, no te enfades por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos. Aceptad la corrección porque Dios os trata como a hijos. Pues ¿qué padre no corrige a sus hijos? Ningún castigo nos gusta cuando le recibimos, sino que nos duele; después de pasar por él, nos da como fruto una vida honrada y en paz". (Hb 12, 4-7, 11-15) C. He de recibir cuanto Dios me envía, aunque sean castigos, como llamadas amorosas suyas. R. Bien claro nos dice Dios el sentido de sus correcciones y hasta de sus castigos. Realmente son llamadas amorosas de Dios. Por eso, San Pablo llega a decir que "en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman" (Romanos 8, 28). Dios ama corrigiendo y corrige amando. Dios es amor. Mira cómo corrigió Jesús a San Pedro después de haberle negado, con una mirada... cariñosa: "El Señor se volvió y miró a Pedro" (Lucas 22, 61). Y a los apóstoles que no habían podido orar y vigilar un poco de tiempo con Él: "¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación" (Lucas 22, 45-46). Un castigo con amor es como un beso con lágrimas.
|
|
Oración al terminar la lectura de la Palabra de Dios He aquí la Esclava del Señor. Hágase en mí según tu Palabra. (Lc 1,38) Señor, ayúdame a guardar en mi corazón la Palabra que has enviado a mi alma. Tú me has dado el querer aceptarla, dame también el poder realizarla en mi vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
|