Como decía de D. Feliciano
La oración de la Iglesia |
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Es la oración de la Iglesia. Por tanto, la oración de Cristo, cabeza de la Iglesia. La “Liturgia de las Horas”, nacida en los monasterios, tiene como finalidad santificar los distintos momentos del día y su parte fundamental es la recitación de los salmos junto con otros textos breves de la Escritura. Al hacer la oración litúrgica hemos de sentir profundamente la unión con toda la Iglesia que ora junto con nosotros. |
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Dirigirnos a Dios con textos inspirados por Él |
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Para poder aprovecharla bien es necesario entender que, aunque los textos bíblicos están inspirados por Dios, fueron escritos por los hombres y por lo tanto tienen imperfecciones. Hay que esforzarse por extraer la idea principal para descubrir el núcleo de lo inspirado por Dios. Así podemos, por ejemplo, trasladar el rencor hacia los enemigos, que a veces aparece en los salmos, a nuestros enemigos espirituales, el mundo, el demonio y la carne, a quienes no venceremos sin la ayuda de Dios. Si sabemos descubrir el espíritu y el mensaje de cada salmo estaremos empapándonos en su Palabra y conociendo su Voluntad. |
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Arca de Salvación |
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La oración litúrgica es como el Arca de Salvación. El rezo de Laudes es como el Arca segura de la que partimos por la mañana como la paloma de Noé. Andamos durante el día buscando donde posarnos y al atardecer volvemos, con lo que hayamos podido recoger, al sosiego del Arca, con el rezo de Vísperas |