La Palabra de Dios
María, una existencia modelada por la Palabra de Dios
María es la figura de la Iglesia a la escucha de la Palabra de Dios porque en Ella la reciprocidad entre Palabra de Dios y fe se ha cumplido plenamente. La Palabra de Dios es verdaderamente su propia casa, de la cual sale y entra con toda naturalidad. Contemplando en la Madre de Dios una existencia totalmente modelada por la Palabra, también nosotros nos sentimos llamados a entrar en el misterio de la fe, con la que Cristo viene a habitar en nuestra vida.
La Palabra revela a Dios y nos lleva al hombre.
La Palabra revela a Dios y la Palabra nos lleva al hombre. Ella está al centro, revela a Dios y nos lleva al hombre. La Palabra de Dios nutre y renueva la fe, ¡volvamos a ponerla en el centro de la oración y de la vida espiritual! Al centro la Palabra que nos revela cómo es Dios y nos hace cercanos a Él. Dejémonos escrutar interiormente por la Palabra de Dios, que revela la novedad de Dios y nos lleva a amar a los demás sin cansarse.
La Biblia está dirigida a la salvación integral de la persona
La Biblia no es una colección de libros de historia, ni de crónicas, sino que está totalmente dirigida a la salvación integral de la persona. El innegable fundamento histórico de los libros contenidos en el texto sagrado no debe hacernos olvidar esta finalidad primordial: nuestra salvación. Todo está dirigido a esta finalidad inscrita en la naturaleza misma de la Biblia, que está compuesta como historia de salvación en la que Dios habla y actúa para ir al encuentro de todos los hombres y salvarlos del mal y de la muerte.
¿Que lugar tiene la Palabra de Dios en mi vida?
No basta leer las Sagradas Escrituras, se necesita escuchar a Jesús que habla en ellas. ¡Tenemos que ser antenas que reciben, sintonizadas en la Palabra de Dios, para ser antenas que transmiten!