Con el Miércoles de Ceniza se inauguran los 40 días de Cuaresma: 40 días de marcha hacia la Pascua, 40 días para abrirnos a la Palabra de Jesús y hacer que produzca mucho fruto en nuestra vida.
El tiempo de Cuaresma es un tiempo litúrgico largo e intenso porque en él nos preparamos para nuestra fiesta más importante: la Pascua, en la que celebramos cada año la Muerte y Resurrección de Jesucristo por las que hemos sido salvados del Pecado y del la Muerte, por las que podemos vivir como hijos de Dios y un día alcanzar el Reino Eterno del Padre, cuyas puertas Jesús ha venido a abrirnos.
Esta fiesta es tan importante que no la celebramos sólo una vez al año, la celebramos cada Domingo reuniéndonos para participar en la Eucaristía.
Durante la Cuaresma los cristianos nos fijamos con más atención en Jesucristo y avivando nuestra fe afirmamos con todas nuestras fuerzas: ¡Jesucristo nos da a conocer a Dios! Cuando miramos a Jesús, es al mismo Dios a quien vemos.
Durante este tiempo litúrgico nos esforzamos en escuchar con atención a Jesucristo y reconocemos con todo el corazón: ¡Jesucristo nos habla de Dios! Cuando lo escuchamos oímos la Palabra de Dios”.
Los gestos y palabras de Jesucristo nos manifiestan quién es Dios. Al verlo y al escucharlo ¡vemos y oímos a Dios! Porque Jesús ¡es el Hijo de Dios!
La Cuaresma es el tiempo en que los cristianos nos esforzamos más intensamente en parecernos a Jesús , procurando pensar, actuar y amar a la manera de Cristo, siguiendo el camino que él nos ha trazado. A esto se le llama convertirse. “Convertirse” significa “cambiar” para vivir a la manera de Cristo. Significa vivir como amigo de Jesús.
Por eso en la Cuaresma de forma especial, los cristianos nos acercamos al Sacramento de la Penitencia . Nos reconocemos pecadores y confesamos nuestros pecados expresando nuestra conversión y obteniendo el perdón de Dios mediante el sacramento de la Reconciliación.
Y también durante la Cuaresma, los cristianos intensificamos nuestra oración . Mediante el ayuno, la abstinencia y otros sacrificios nos esforzamos por unirnos más a Dios. Y abrimos el corazón a los demás preocupándonos y ayudando de forma especial a los más necesitados.
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