Desde tierras de Misión
El grupo de Ciudad de los Ángeles, en cuya Parroquia estaba destinado mientras estudiaba en Madrid el P. Martín, nos expuso la necesidad de ayuda de este sacerdote, que acogimos con gusto. En el Retiro-convivencia de octubre de 2007, la colecta se destinó a tal fin y fue completada con más donativos de quienes no pudieron asistir aquel día. En junio de 2008, nuestro nuevo amigo nos envió esta carta preciosa junto con bonitos recuerdos típicos que su tierra que agradecemos de todo corazón y fueron sorteados entre las que participaron en la peregrinación al Santuario de la Soledad de Colmenarejo. En nuestra oración están él y el P. Martín. Nuestros corazones y nuestra Asociación permanecen abiertos y dispuestos a seguir ayudándoles en su labor pastoral y, a través de ellos, a todos nuestros hermanos de esas tierras de África, lejanas geográficamente pero cercanas en el Espíritu del Señor que a todos nos une.
Estimada Iliana Sánchez Moreno: A través de ti, agradezco a toda la asociación Domus Mariae por su contribución a mi formación. El padre Martín me ha enviado 1000 euros. Me dijo que vuestra asociación me ha donado una cantidad tan grande de dinero. No tengo palabras para agradecérselo. Como el padre Martín supongo que os habrá dicho, soy un sacerdote católico romano incardinado en Kenya pero nacido en Rwanda. Conocí al padre Martín en el seminario de Rutongo (en la diócesis del padre Martín, en Kigali), uno de los seminarios más grandes de Rwanda en 1991. Después de ese año todos promocionamos para estudiar Filosofía en mi municipio de origen (Kabgavi). Solía volver a casa con Martín para visitar a mis padres. Antes de que terminásemos Filosofía en 1994, la horrible guerra de Rwanda hizo que huyésemos de nuestro querido país. Estábamos en casa por las vacaciones de Semana Santa cuando derribaron el avión en el que viajaba nuestro último presidente Juvenal Habyalimana. Ese fue el principio del llamado "genocidio de Rwanda". Martín era de Kigali, la cual estaba bajo el dominio de Kabgayi (mi diócesis de origen) antes de 1974. Durante ese genocidio, el obispo de Martín (Arzobispo Vincent Nsengiyumva), el Arzobispo de Kigali y mi propio obispo (el obispo Thaddeus Nsengiyumva), y el obispo de la diócesis de Byumba, fueron asesinados junto a innumerables sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y a otras personas de fe les dieron palizas y fueron masacrados como a animales. Martín y yo conseguimos escapar y anduvimos cientos de kilómetros hasta volvernos a encontrar el uno al otro en el Congo (el después llamado Zaire). En Zaire, Martín y yo prestamos servicios como voluntarios para cuidar de los niños que se encontraban en el Congo huérfanos y sin tutores. Cáritas Internacional nos ayudó a conseguir el material necesario para cuidar de esos niños inocentes. Cuando la guerra de los Kabila contra los Mobotu terminó, nos dispersaron a todos. Yo me encontraba en Kenya mientras que Martín se encontraba primero en Rwanda y luego en España. En Kenya, después de sufrir un año entero en que no me reconociese la iglesia local, desde que mi obispo había sido asesinado, la Divina Providencia trasladó al que luego sería el Nuncio Apostólico a Kenya, el Arzobispo Giovanni TONUCCI, que me envió de vuelta al seminario, después de cuatro años perdidos, y buscó a un obispo keniata que me recibiera como seminarista. Después de completar exitosamente el programa del seminario, fui ordenado diácono, y después sacerdote en 2003. La diócesis que me recibió tiene más de 100 sacerdotes jóvenes, la mayoría de ellos son más jóvenes que yo. La diócesis no tiene recursos suficientes para preocuparse de los sacerdotes, pero tiene muchos católicos, ya que la cristiandad es todavía joven en muchos países africanos (unos 100 años de antigüedad). La pobreza no es el único problema con el que se cuenta, sino también los problemas pastorales ocasionados por las distintas culturas. Cuando pregunté al obispo que me recibió si me podía dar permiso para entrar en alguna universidad que enseñase Antropología para aprender cómo solucionar algunos temas pastorales como la poligamia, tantas denominaciones cristianas (ecumenismo) lo que incluye las Iglesias Independientes de África, inculturación, el papel de la mujer en la Iglesia, etc., el obispo me dijo que si encontraba a alguien que me ayudase a pagar mis estudios, me dejaría ir a la universidad a hacer Estudios Africanos, y así ser capaz de solucionar algunos problemas pastorales que siempre son verdaderos problemas para el magisterio de la Iglesia universal. Es en ese sentido por lo que pedí al padre Martín que buscase un buen samaritano que me ayudase a pagar mis estudios. Es por eso por lo que estoy muy agradecido por vuestra generosidad. QUE MARÍA, LA MADRE DE TODOS NOSOTROS, PERMANEZCA EN VUESTRA CASA COMO LO ELEGISTEIS AL PONER ESE NOMBRE A VUESTRA ASOCIACIÓN. ¡Que el Señor os bendiga a vosotros, así como a vuestras familias! (Original en inglés traducido por Iliana Sánchez) |