Desde tierras de Misión
Por una de esas carambolas que parecen casualidades pero están organizadas desde lo Alto y en esta ocasión, como en muchas, estamos convencidas de que ha tenido mucho que ver nuestra Madre, Flor de María, guatemalteca y vinculada a España donde ha vivido durante bastantes años y tiene recias amistades, participó en los Ejercicios Espirituales de Domus Mariae de marzo de 2019. Conoció nuestro carisma y le gustó, sintiendo la inquietud de llevarlo a su tierra, al pequeño pueblo de gentes humildes donde ella, fisioterapeuta de profesión, tiene una clínica en la que ayuda a muchas personas, sobre todo mujeres, con las que trabaja pastoralmente. Pero ¿cómo hacerlo?
Comentó su inquietud e ilusión con varias de nosotras, era un sueño bonito y que podía hacer mucho bien, pero había que hacerlo de forma muy sencilla. Hablando y pensando sopló el Espíritu Santo. ¿El Rosario? Empezar por rezar el Rosario que contempla los principales misterios de la vida de Jesús. ¿No es una buena y sencilla manera de escuchar la Palabra de Dios y que vaya penetrando en los corazones? ¿No es una preciosa manera de ir haciendo Casas de María?
Como todavía estaba unos días en Madrid, pudimos proporcionarle unos libritos con la explicación del Rosario y rosarios para que los llevara allá.
En cuanto Flor llegó a Guatemala se puso manos a la obra y con algunas de las mujeres que trabaja en su clínica comenzó a rezar el Rosario. Ellas lo acogieron con alegría y entusiasmo y pronto se añadieron más. En Junio tenía un grupito entusiasmado, al que se unieron algunos niños. Nos lo contaba así el día 19: “Poco a poco vamos trabajando y con la ayuda de Dios, la gente va tomándole amor a la Virgen y al Rosario. En la reunión pasada lo rezó una niña y hubo cuatro niños más”. Nos decía también que habían tenido que hacer fotocopias de los libritos para que todos pudieran tenerlo.
Y la primera entusiasmada era ella misma, entusiasta de por sí, que puso nombre a su clínica: “Domus Mariae”.
En el verano seguía creciendo el grupo y algunas de las niñas recibieron su Primera Comunión. Llena de alegría nos mandó fotos de la ceremonia.
En septiembre seguía aumentando el grupo y nos decía que iban ya también hombres. Nos contaba que habían empezado a reunirse una vez al mes, luego lo empezarón a hacer cada tres semanas en diferentes casas y pensaban empezar a hacerlo cada quince días.
Quería hacer también un poquito de catequesis, además de rezar y reflexionar sobre la figura de María. Comenzó con los dones del Espíritu Santo y las Obras de Misericordia.
A ella personalmente no le faltaban preocupaciones, de salud y de “papeleos” con la residencia, de atender a una de las misioneras de avanzada edad de la congregación estadounidense con las que trabaja. El párroco les dice que “tienen a su cargo demasiadas criaturas”. Concluía en el mensaje que mandó por esas fechas diciéndonos que, a pesar del mucho trabajo y preocupaciones por todos, sentían en tododo la misericordia de Dios y la bendición de Dios.
A principios de noviembre, nos contaba Flor, que se habían reunido a rezar el Rosario y planificar cómo querían que fuera la Navidad en las “Casas de María de Guatemala, poquitas pero muy comprometidas”. Están trabajando en la atención a los enfermos y afirmaba que “la gente de aquí es muy solidaria”. Quieren hacer una Corona de Adviento, teniendo, cada vez que se reunen una pequeña charla sobre el nacimiento de Jesús, “lo que significó y significa para la humanidad el hecho de que Jesús haya venido”. Quieren aprender villancicos para que los niños canten. Tienen ocho o nueve niños entre ocho y doce años que están muy entusiasmados. Otra iniciativa que van a realizar es que van a recibir al Santísimo en algunas casas, lo que está siendo todo un acontecimiento pues habrán de preparar la casa, la Hora Santa… Están muy ilusionados porque tienen muy dentro de sus corazones el acompañar al Santísimo. Rezarán el Rosario, harán una pequeña lectura, oración, cantos bonitos…
En Navidad participaron en la pastorela que representaron en la aldea y nos mandó otra foto de tres “actores”.
Con ilusión, alegría y sencillez esa pequeña semilla está empezando a apuntar que puede llegar a ser árbol frondoso. Lo que es cierto es que ya hay “pajarillos” que se cobijan en sus ramas. Pedimos al Señor que esa Semilla que el viento del Espíritu, por medio de Flor que supo apreciarla y llevó hasta las tierras de Guatemala dé frutos y siembre de Casas de María aquellas tierras. Nuestra Madre sostendrá los afanes de Flor y de cuantos con ella la han acogido.
Enero 2019