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Fiesta Anual 2013

8 y 9 de junio de 2013

 Un año más, avanzada la primavera, la Presidenta y la Secretaria viajaron a Figueras para encontrarse con el grupo que con constancia y fidelidad construye la Casa de María en esta Ciudad de uno de los extremos de España.

Estrenaban el soñado tren de alta velocidad que desde años atrás se preveía que llegase hasta aquí. ¡Fue como un vuelo! En la estación les esperaban Ana y Adela para trasladarlas en el coche hasta el hotel y en seguida al colegio Cor de María donde fueron recibidas por la Hermana Carmen y una las que pudieron del grupo.

Esa tarde del sábado fue de encuentro, formación y diálogo. Nuestra Presidenta, Mª Soledad, expuso una profunda charla para ayudarnos a ahondar en nuestra espiritualidad y en nuestra vivencia Cristiana. Y el diálogo que siguió nos sirvió para extendernos en algunas de las ideas y expresar nuestro sentir o exponer nuestras dificultades e ilusiones.

Ana invitó a las madrileñas a concluir la tarde en su casa y allí les ofreció una cena familiar y pasaron todos una velada muy agradable.

El domingo, por la dificultad de encontrar un sacerdote que celebrara la Eucaristía en el colegio, puesto que D. Juan Bautista, el consiliario de Domus Mariae no había podido venir, participamos todas juntas con nuestras familias en la Eucaristía de la Parroquia de la Inmaculada y San Pablo. Hasta allí desde el Cor de María fuimos un grupo dando un paseo. Salimos contentos, había sido buena la experiencia de unirnos a la comunidad parroquial donde fuimos cordialmente acogidos por D. Miguel Ángel, el sacerdote que presidió la celebración, que al comienzo saludó al grupo de Domus Mariae presentando de manera muy sintética pero muy exacta nuestra espiritualidad y mencionando la presencia de la Presidenta y Secretaria. Al concluir la homilía hizo, también en castellano, pues la celebración era en catalán, un resumen de la misma. No querían irse Mª Soledad y Hortensia sin saludarlo y agradecerle sus palabras y así lo hicimos al concluir la Eucaristía.

Terminó como siempre el día con la comida en el colegio y posterior coloquio donde los esposos tienen especial protagonismo.

Como siempre fueron apenas veinticuatro horas gozosas y fructíferas de encuentro familiar como ha de ser en la Casa de María, donde los lazos que unen desde el corazón se anudaron y las almas se esponjaron abriéndose un poquito más a Dios.