La Palabra de Dios
La Iglesia es […] la comunidad que escucha con fe y con amor al Señor que habla. Es la Palabra de Dios que suscita la fe, la nutre, la regenera. Es la Palabra que toca los corazones, los convierte a Dios y a su lógica, que es tan diferente de la nuestra; es la Palabra de Dios que renueva continuamente nuestras comunidades…
Pienso que todos podemos mejorar un poco en este aspecto: volvernos todos más oyentes de la Palabra de Dios, para ser menos ricos de nuestras palabras y más ricos de sus Palabras. Pienso al sacerdote, que tiene la tarea de predicar. ¿Cómo puede predicar si antes no ha abierto su corazón, no ha escuchado, en el silencio, la Palabra de Dios? Fuera estas homilías interminables, aburridas, de las cuales no se entiende nada… esto es para ustedes, ¿eh?
Pienso al papá y a la mamá, que son los primeros educadores: ¿cómo pueden educar si su conciencia no está iluminada por la Palabra de Dios, si su modo de pensar y de actuar no es guiado por la Palabra, qué ejemplo pueden dar a los hijos? Esto es importante, porque después, papá y mamá se quejan “este hijo…” ¿pero tú? ¿Qué testimonio le has dado? ¿Cómo le has hablado? ¿De la Palabra de Dios o de los diarios? ¿Eh? ¡Papá y mamá deben hablar de la Palabra de Dios!
Y pienso a los catequistas, a todos los educadores: si su corazón no tienen la calidez de la Palabra, ¿cómo pueden inflamar los corazones de los otros, de los niños, de los jóvenes, de los adultos?
No basta leer las Sagradas Escrituras, se necesita escuchar a Jesús que habla en ellas. Es justamente Jesús habla en ellas. ¡Tenemos que ser antenas que reciben, sintonizadas en la Palabra de Dios, para ser antenas que transmiten! Se recibe y se transmite ¡Es el Espíritu de Dios que hace vivas las Escrituras, las hace comprender en profundidad, en su sentido verdadero y pleno! Preguntémonos como una de las preguntas del Sínodo: ¿qué lugar tiene la Palabra de Dios en mi vida, en la vida de cada día? ¿Estoy sintonizado en Dios o en tantas palabras de moda o en mí mismo? Una pregunta que cada uno de nosotros debe hacerse.
Papa Francisco
Discurso en el encuentro con el clero de Asís. 4-octubre-2013