Señor, tú que dijiste: “donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18,20), preside nuestra reunión. Pon en nuestros labios aquello que, con tu gracia, hemos vivido en nuestras almas durante la semana. Que todo sea como la luz puesta en el candelero para que alumbre a los demás. Para que viendo las maravillas que haces con los hombres, demos gloria a nuestro Padre Celestial. Amén.