Fiestas y celebraciones
La fiesta de Todos los Santos, que celebramos el día 1 de noviembre, es una gran fiesta de LUZ y de VIDA.
En esta fiesta celebramos el triunfo de todos los que guardaron su fe en Jesucristo Resucitado y ahora viven con Dios para siempre. En esta fiesta todo es alegría y paz.
Es la fiesta de nuestros abuelos y padres que nos trasmitieron el precioso tesoro de la fe y ya no están con nosotros, porque hace más o menos tiempo partieron hacia la Casa del Padre. De todos aquellos de cuyo cariño gozamos en la tierra y nos siguen amando desde el cielo.
Es la fiesta de nuestra esperanza porque también nosotros, conforme a la promesa de Jesús, creemos que participaremos de su compañía en la casa del Padre y para ello cada día procuramos seguir el camino que Él nos muestra con su Palabra y con su Vida, el Camino que es el mismo Jesús.
Evangelio de la Fiesta de Todos los Santos
Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».