Evangelio según San Mateo 2,13-15.19-23 (Ciclo A). San Lucas 2,22-40 (Ciclo B). San Lucas 2,41-52 (Ciclo C) Cuando Dios se encarna, se hace hombre, nace en el seno de una familia. José, en su misión de padre, tiene que proteger al Niño, cuidarlo y defenderlo buscando, como cualquier padre, lo mejor para él en todo momento. (Mt 2,13-23) José y María, como buenos hijos de Israel son fieles a las costumbres religiosas de su pueblo, por eso cumplen con su Hijo todo lo prescrito en la Ley de Moisés. (Lc 2,22-40) Y enseñan a su Hijo a amar esas leyes que son expresión de su amor y fidelidad a Dios. Jesús ante los doctores muestra su buena formación y su interés por todo lo que a Él se refiere. El Padre del Cielo es su prioridad, pero también, y precisamente por eso, sabe obedecer y respetar a María y José. (Lc 2,41-52) Jesús, a pesar de su divinidad, necesita para su desarrollo el amor, el cuidado y los desvelos de sus padres. Esos son los planes de Dios, ese es el inmenso valor que tiene para Dios la familia. |
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Lee el Evangelio y copia en tu cuaderno la frase que más te ha gustado o resume la idea que te parece más importante: | ![]() |
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REFLEXIONAMOS Jesús también fue un niño: necesitó del cuidado de sus padres, tuvo que aprender muchas cosas, esforzarse para conseguir superar los retos que la vida de todo niño plantea cada día. Tuvo que escuchar a sus padres, obedecerles. Tuvo que estudiar, acudir a la Sinagoga. También tuvo compañeros de estudios, de juegos, amigos. Poco a poco aprendió a asumir responsabilidades más importantes... ¿Procuras pensar cómo se portaría Jesús a tu edad y te esfuerzas por actuar como Él lo haría? |
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En la Eucaristía lo ofrezco a Dios junto con el pan y el vino.
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