La Biblia
5.- NUEVO TESTAMENTO
5.1. El mundo del Nuevo Testamento
La vida de Jesús se desarrolla en Palestina y por lo tanto los relatos Evangélicos que la narran reflejan el ambiente y costumbres del pueblo judío, la estructura de su sociedad y también la geografía del país.
Sin embargo, el cristianismo se expande y desarrolla fuera de las fronteras de Palestina por lo que la sociedad en la que nacen y crecen la mayor parte de las primeras comunidades cristianas vive un ambiente helenista, greco romano.
5.1.1. El mundo judío
5.1.1.1. Geografía
Palestina es un país mediterráneo, predominantemente seco y con zonas desérticas. Prácticamente no tiene más que dos estaciones, el invierno con lluvias y el verano seco y caluroso. Sólo un río de importancia lo recorre de norte a sur por una profunda depresión, que se ahonda según discurre hacia el sur, desembocando en el Mar Muerto, donde, por su salinización. la vida es imposible. No tiene grandes alturas salvo el monte Hermón, que sobrepasa los 2.000 m., al norte, y a cuyos pies nace el Jordán.
Se distinguen tres Regiones. GALILEA, al Norte, es la más fértil, con vegetación más abundante característica de la zona mediterránea y muy cultivada, con cosechas tempranas. En el entorno del Lago, el agua que fecunda la tierra se conduce desde éste por medio de canales y norias. Predominan las montañas suaves. El clima es templado y se hace subtropical en la profunda depresión del Lago de Genesaret, a 200 m. bajo el nivel del mar.
Aunque Jesús vive la mayor parte de su vida en Nazaret, los Evangelios nos hablan principalmente del entorno del Lago donde se desarrolla su predicación.
En aquel tiempo Galilea era una región populosa y relativamente próspera. Sus habitantes, que hablaban con un acento peculiar, eran vivos y abiertos, de carácter rudo y sencillo, con cierto aire de orgullo e independencia, aunque los de Judea les consideraban provincianos y poco cultos. Era llamada “Galilea de los gentiles” por haber estado poblada por una mayoría de origen gentil. Judas Aristóbulo [104 aC. Pertenece a la familia de los Asmoneos, que alcanzó para el reino de Judea una cierta independencia y la expansión del territorio en tiempos de su padre Juan Hircano] tras su conquista obligó a judiaizar a sus habitantes.
Por la región de Galilea pasaban importantes vías comerciales que conducían a Siria y Egipto, estando más en contacto con los gentiles. Una de estas grandes vías romanas, la Via Maris pasaba cerca de la ciudad de Cafarnaum.
SAMARIA. Es la región central. Más árida que Galilea, también tiene montañas y al Este una franja verde en la profunda depresión que riega el Jordán. Los samaritanos eran descendientes de los colonos traídos por los asirios en el siglo VIII aC. que se mezclaron con los que habían quedado tras la deportación, por lo que los judíos no los consideraban puros y no les dejaron colaborar en la reconstrucción del Templo de Jerusalén. Por ello y otras causas políticas, como la destrucción de Templo de Garzim por Juan Hircano (s. II aC.), existía una enemistad secular entre judíos y samaritanos.
JUDEA, al Sur. Es una región montañosa en el centro. Por el Oeste desciende suavemente hacia el mar Mediterráneo y por el Este cae bruscamente hacia la fosa del Jordán y el Mar Muerto a 400 m. bajo el nivel del mar. Gran parte es desierto duro y pedregoso, en el que surge el importante oasis donde se levanta la ciudad de Jericó. Su clima es áspero y seco, con mucho calor en verano y frío, incluso nieve, en invierno. Su centro es la ciudad de Jerusalén, donde Jesús culmina su vida y su misión.
5.1.1.2. Economía
La agricultura, la artesanía y el comercio son los factores sobre los que se desarrolla la vida de Palestina.
La AGRICULTURA, aunque es muy diferente según las regiones, en general abundan los cereales, trigo y cebada, y las legumbres, así como el olivo, la higuera, el granado. Las condiciones del suelo y del clima, especialmente difíciles en el sur, exigían ser hábiles agricultores. La población de Palestina era en su mayoría campesinos.
También había GANADERÍA: Cabras, ovejas y bueyes. Y PESCA en el lago de Genesaret y el las localidades costeras del Mediterráneo.
La ARTESANÍA abarcaba gran diversidad de oficios que pasaban de padres a hijos. Los judíos solían ser buenos artesanos. Artesano fue Jesús quien aprendió el oficio de su padre José.
El COMERCIO. Desde siempre hubo en Palestina un comercio interior activo. Había días de mercado y mercados permanentes de diversas clases. Existían pequeños mercaderes que iban de pueblo en pueblo, comerciantes fijos y también grandes mercaderes. El comercio exterior lo aprendieron de los griegos y adquirió importancia en tiempo de los Macabeos (s. II aC). La importación y la exportación estaban gravadas con tributos que eran recaudados por los llamados publicanos.
5.1.1.3 Sociedad
La clase dirigente, poderosa y distanciada del pueblo, la formaban los grandes terratenientes, que eran relativamente pocos, los comerciantes y las principales familias sacerdotales.
En número algo mayor existían agricultores acomodados y eran numerosos los pequeños propietarios y braceros. Los pequeños propietarios cultivaban sus tierras ayudados por la familia, pero nada podían ahorrar y si la cosecha era mala o padecían una enfermedad larga se veían obligados a hipotecar la tierra, quedar reducidos a braceros o incluso venderse como esclavos. Los hijos con frecuencia debían emplearse como braceros y si no había trabajo aumentaban el número de los mendigos y también de los ladrones y salteadores.
Los esclavos, para los que no había protección legal alguna, eran señalados para ser conocidos y podían ser comprados y vendidos; si no eran judíos, los llamados “cananeos”, su condición era inferior. Junto con la multitud de desheredados eran terreno propicio para la rebelión y determinaban muchos de los movimientos políticos y religiosos de la época. Pero también se daba la reacción antagónica de la sumisión resignada, la esperanza escatológica de los que aguardaban tiempos mejores por la intervención milagrosa de Dios y la aparición de un Rey Mesías que devolvería la libertad al pueblo y redimiría a todos los oprimidos.
5.1.1.4. Cultura
La educación social, moral y religiosa de los niños se realizaba en el seno de la familia y en el contacto con la comunidad y sus tradiciones. Las clases poderosas solían tener un preceptor.
La sinagoga desempeñaba un papel fundamental en el desarrollo cultural de los judíos, centrado en el estudio de la Escritura. Existían sinagogas en todo el país, desde el Templo de Jerusalén hasta las aldeas más pequeñas. Una de sus funciones era ser casa de enseñanza. Estaban dirigidas por fariseos laicos y a veces por especialistas en la Ley o escribas. Aunque los grandes maestros estaban en Jerusalén, cada sabio procuraba formar discípulos que llegaran a desempeñar sus funciones en las sinagogas y en los tribunales.
Por otra parte la cultura helenista había ido penetrando desde hacía varios siglos en el pensamiento y las costumbres de las capas más cultas de la sociedad judía. El griego común era la lengua internacional.
5.1.1.5. Religión
El judaísmo nace con el exilio de Babilonia (586-538 aC.) y cristaliza con la reforma de Esdras y Nehemías (428 aC). El pensamiento religioso de Israel se consolida y adquiere una forma más depurada por la acción de los profetas y los sabios, desapareciendo la atracción hacia los dioses paganos y las tendencias sincretistas. Yahveh, el Dios de Israel, es el único Dios al que han de adorar y servir, por medio de una conducta fiel a la alianza y los mandamientos, más que por un culto brillante pero exterior.
El rito principal por el que un niño judío queda vinculado al pueblo y a la Alianza es la circuncisión, que se practica a los ocho días del nacimiento.
Por todo el país existen sinagogas que son casas de reunión, estudio de la Torá y oración. En ella se celebra la fiesta de cada semana, el Sabbat (Sábado).
Pero el culto tenía lugar en el Templo único de Jerusalén, donde se ofrecían sacrificios diarios. Era atendido por un sacerdocio jerarquizado: había un Sumo Sacerdote, varios rangos de sacerdotes y por último los levitas. El Sumo Sacerdote y los principales sacerdotes vivían en Jerusalén y constituían el “alto clero” al que pertenecían siete familias que controlaban el sumo sacerdocio, el Templo, las finanzas y la política. El resto, el bajo clero, vivía pobremente en la Ciudad o en sus cercanías.
Desde los tiempos de la reforma religiosa del rey Josías (s. VII aC) todo judío varón debía subir al Templo de Jerusalén con ocasión de las tres grandes fiestas: Pesah (Pascua) que recuerda la salida de Egipto y celebra la liberación de la esclavitud por medio de Moisés; Sabbuot (Semanas=Pentecostés), que conmemora la entrega de la Ley en el Sinaí; Sukkot (Tiendas) en recuerdo de los años transcurridos en el desierto. En tiempo de Jesús se celebraba otra fiesta de importancia, Hanuka (Dedicación), en memoria de la purificación del Templo por Judas Macabeo.
Dentro del judaísmo existían varias corrientes religiosas siendo las principales los saduceos, los fariseos y los esenios.
Saduceos. Constituían esta corriente la aristocracia sacerdotal, los grandes terratenientes y los comerciantes. En lo religioso no admitían la tradición oral sino sólo la escrita del Pentateuco. Negaban la resurrección, la existencia de la otra vida y la de los ángeles. Excluían el destino, pues el hombre elige libremente el bien o el mal. En lo político defendían sus privilegios de clase, para lo cual colaboraban con los ocupantes que se los garantizaban, controlaban todas las actividades del Templo y del Sanedrín. Era escasa su influencia sobre el pueblo que los criticaba por su nepotismo, su ambición, su oportunismo y su falta de sentido religioso. Desaparecieron en el año 70 con la destrucción del Templo de Jerusalén.
Fariseos. Pertenecían a esta corriente los sacerdotes de rango inferior, los especialistas en la Ley o escribas y la clase media de origen urbano. En lo religioso, admitían la tradición oral como una extensión de la Ley dada por Moisés; la resurrección, la recompensa y el castigo en la otra vida; el valor del arrepentimiento y el perdón de Dios; un futuro mesiánico y también en la existencia de los ángeles. La Torá era el centro de su enseñanza y la aplicaban a todos los aspectos de la vida. Para salvaguardarla establecieron numerosos preceptos, cayendo a veces en una casuística minuciosa. El amor al prójimo era el mandamiento clave, pero con frecuencia ese prójimo era sólo quien pertenecía a su propio grupo. En lo político era un movimiento seglar, renovador y nacionalista, aunque sin actitudes extremas o métodos violentos. Eran los verdaderos maestros del pueblo y sus dirigentes. Sobrevivieron a la destrucción del Templo en el año 70 y desarrollaron y fijaron el pensamiento judío posterior.
Esenios. Esta corriente no aparece mencionada en los Evangelios ni en otros libros del Nuevo Testamento, aunque existían desde varios siglos antes. Tuvo su origen en un grupo de judíos piadosos que habiendo apoyado la rebelión de los Asmoneos fueron decepcionados por su conducta posterior y se retiraron al desierto para fundar una comunidad de piedras vivas. El grupo más conocido (gracias al hallazgo de los manuscritos, en 1947) es el de Qumrán, frente al Mar Muerto. Llevaban una vida ascética de pobreza, retiro, estudio de la Torá y oración. Se llamaban a sí mismos “miembros de la nueva alianza” o “comunidad de los elegidos”. Esperaban dos Mesías, uno sacerdotal y otro político. Parece ser que desaparecieron con la guerra del año 70.
En los evangelios aparecen otras corrientes. Una de ellas son los celotas, que es un movimiento nacionalista exaltado, vinculado a los fariseos, y promotor de todos los levantamientos contra los romanos, culminando en la guerra de los años 66-70 que acabó con la destrucción de Jerusalén y del Templo. Su rama activista eran los sicarios, que aprovechaban las aglomeraciones en fiestas y mercados para asesinar, con un pequeño puñal (sica) que llevaban oculto, a los que consideraban partidarios y colaboradores de los romanos. La otra corriente, son los herodianos, partidarios de la dinastía de Herodes.
5.1.1.6. Política
Desde la destrucción de Jerusalén en el año 586 aC, Palestina estuvo dominada continuamente por las grandes potencias: Babilonios, persas, griegos y romanos sucesivamente, con un corto periodo de cierta independencia bajo los Asmoneos (s II aC), sucesores de los Macabeos.
En tiempos de Jesús, Palestina estaba dominada por los romanos que la ocuparon en el año 63 aC bajo el mando de Pompeyo. Cuando nació Jesús era emperador César Augusto y Palestina gobernada por Herodes el Grande, un rey dependiente de Roma, que no era judío sino idumeo. Para congraciarse con el pueblo realizó grandes obras públicas, entre ellas la reconstrucción del Templo de Jerusalén comenzada en el año 20 aC. Al mismo tiempo levantaba templos paganos y grandes fortalezas. Su corte era pagana, corrupta y de frivolidad extraordinaria. Por su miedo a ser destronado llevó a cabo numerosas matanzas para eliminar a sus posibles enemigos.
A su muerte, Roma dividió el reino en tetrarquías quedando Galilea bajo el gobierno de su hijo Herodes Antipas, amigo y confidente del emperador Tiberio. De carácter débil e irresoluto, escéptico y supersticioso. Repudió a su mujer para casarse con su cuñada Herodías, por instigación de la cual mandó matar a Juan Bautista. Se burló de Jesús cuando el procurador Poncio Pilato se lo envió por ser de su jurisdicción. En el año 38 fue depuesto por Calígula y desterrado a las Galias donde murió.
El centro y sur de Palestina, fueron entregados a otro de sus hijos, Arquelao, que poco después fue depuesto pasando el territorio a depender del gobernador romano de la provincia de Siria y siendo gobernado por un prefecto que residía en Cesárea del Mar. Durante la vida pública de Jesús era prefecto de Judea Poncio Pilato, frío, escéptico y preocupado de prosperar en su carrera política. En la causa de Jesús parece inclinado a salvarle, pero se deja influir por la opinión popular manejada por los Sumos Sacerdotes y acaba condenándole a la crucifixión como lo había hecho con otros judíos.