Espiritualidad Domus Mariae
Lo esencial de nuestra espiritualidad
¿Qué es Domus Mariae?
En Domus Mariae sabemos que la familia es la base de toda sociedad, por eso nuestra gran tarea es hacer de todos los hogares Casas de María en los que Ella sea la Madre y sus miembros vivan a la luz de la Palabra de Dios.
En Domus Mariae sabemos también que, si María fue preservada de todo pecado desde el principio, fue la llena de gracia, la Inmaculada, la mejor manera para preservar de la caída y que los niños y los jóvenes crezcan en edad y en gracia, es construir hogares en los que el motor y la fuerza sea la Palabra de Dios y María madre y maestra.
Por eso, nos proponemos formar a todos los miembros de la familia y de un modo especial a las madres para que trabajen por conseguir que sus hogares sean como fue la Casa de María en Nazaret; ocupando los niños y los jóvenes un lugar preeminente en las Casas de María como lo ocupó Jesús en el hogar de Nazaret.
¿Qué hacemos en las casas de María?
Lo mismo que hacía María en su casa:
Lo que constituyó la mayor gloria de la casa de Nazaret fue la presencia de Jesús, el Verbo encarnado, en ella.
Lo específico, lo propio de la casa de María fue el convivir con Jesús. El oír su Palabra. En la casa de María se escuchaba la Palabra de Dios. Y María la guardaba en su corazón meditándola (Lc 2, 19; 2, 52)
Característica esencial de sus miembros:
Convivir con Jesús
Tener a María como modelo y
a la Palabra de Dios como centro de su vida, espiritualidad y apostolado, encarnándola en el acontecer diario.
¿Qué hacemos los miembros de Domus Mariae?
Recibir en su casa, al ejemplo del apóstol Juan, a María.
Guardar, como María, en su corazón, meditándola, la Palabra de Dios.
Hacer carne en su carne y vida en su vida esa Palabra meditada.
Vivir en sí mismos dos grandes acontecimientos de la vida de María:
La Anunciación
La Visitación.
VIVIR LA ANUNCIACIÓN
Mediante la lectura reposada de la Palabra de Dios, que cada día se propone al orbe católico en la Eucaristía, Dios habla y propone un plan.
Mediante el compromiso de vivir esa Palabra en un punto concreto se pronuncia el Sí de María. Al plasmar ese compromiso en la vida, en la familia, en los más variados ambientes la palabra se hace carne y planta su tienda entre los hombres.
VIVIR LA VISITACIÓN
Semanalmente en reuniones de grupos se pone en común las maravillas que Dios ha hecho en cada uno en ese esfuerzo por hacer vida la Palabra de Dios.
A las reuniones semanales es preciso acudir, como María a la casa de Isabel, con el deseo de ayudar y también de aprender. En ellas, se recibe la fuerza precisa para vivir durante la semana la Palabra de Dios.