En la vida de María resplandece de modo especial su misericordia. En Domus Mariae queremos vivir la Misericordia que vivió María. Nuestros ojos han de ser misericordiosos como los de María. Para ello nuestro corazón tiene que ser misericordioso. Nuestras casas de María han de distinguirse por la misericordia que en ellas se vive.

La vida interior es todo aquello que está relacionado con nuestra filiación divina: Somos hijos de Dios. Tendremos vida interior si realmente estamos convencidos de que somos hijos de Dios.

Que el tiempo es algo muy valioso nadie lo duda. Otra cosa es que de verdad lo aprovechemos. Pero lo que quizá no hemos pensado nunca es que tiene un valor mucho más grande: es sacramento de encuentro con Dios. Dios está presente en nuestra vida en cada momento: cada momento es fruto del amor que Dios nos tiene y cada momento nos habla de Dios; cada momento es ocasión de producir los talentos que Dios nos da. De todo esto nos hablaba D. Feliciano en el retiro de preparación de la Fiesta de Cristo Rey en Lérida, en el año 2002.

La oración mental es una reflexión de vida que lleva a obrar conforme a las ideas que meditamos.

Se parte de una idea que por la reflexión se hace profundamente nuestra. En esa reflexión encontramos una defensa para las ideas contrarias que surgen en nuestra vida.

Mediante la oración mental adquirimos una formación religiosa humana.