Convivencia fin de curso
DOMINGO 19 DE JULIO DE 2015
Hoy hemos celebrado un encuentro de fin de curso en casa de nuestra querida amiga y compañera Virginia y su esposo José, ha sido un día especial pues hacia tres años que no nos reuníamos en su casa como era costumbre y lo encontrábamos mucho a faltar.
Lo único que empañó nuestra alegría fue que no pudimos reunirnos todos por diversos motivos, esperamos que el próximo año, si Dios quiere, podamos estar todos juntos, ya que vienen los maridos de cada una de las compañeras.
Fue un día en familia donde compartimos comida y experiencias vividas y también, como no, la piscina que nos refresco los calores del verano.
Damos gracias a Dios y a nuestra Madre María por hacer posible estos encuentros donde podemos compartir y valorar nuestra amistad y la alegría de la fe en Jesús, esperamos y deseamos un feliz verano a todos los grupos de Domus Mariae, que podamos descansar y reponer fuerzas para empezar un nuevo curso con energía renovada.
Ahora ya hemos comenzado el nuevo curso con mucha alegría de volvernos a encontrar nuevamente y de seguirnos enriqueciendo de la Palabra de Dios. Pedimos a Dios y a la Santísima Virgen que así sea.
Encuentro en Figueras
27 - 28 de junio 2015
Los días 27 y 28 de junio, Mª Soledad, Hortensia y Begoña, que es nuestra vicepresidenta y lo hacía por primera vez, junto con D. Juan Bautista, viajamos a Figueres. Tras un viaje tan agradable que se nos hizo corto, sin parar de hablar, llegamos a Vilafant, donde está la estación del AVE y allí estaba Ana, puntual y disponible, como siempre, para llevarnos hasta el hotel.
Esa tarde tuvimos el primer encuentro con la Hermana Carmen y las que pudieron del grupo, entre ellas Virginia, que había regresado tras su estancia en Méjico. Como es habitual Mª Soledad y D. Juan Bautista tuvieron sus charlas y luego, en el clima de confianza que nos caracteriza, el coloquio. Con la indicación de las expertas del lugar, cenamos en una terraza muy agradable y al final hasta con un espectáculo de música y baile en la placita.
El domingo, la Eucaristía en la capilla del Corazón de María, donde nos encontramos con algunas de las que no habían podido asistir la tarde anterior y con los esposos, que fielmente acuden año tras año, además del padre de Adela y Ana. La comida estupenda y mejor todavía el ambiente de amistad profunda. Para concluir la tradicional tertulia donde hablan los corazones.
Después de este encuentro, como cada año que es posible realizarlo, todos salimos reforzados y con gran alegría. La impresión de Begoña correspondió con lo que le habíamos dicho de otros años. Así lo comento en el tren subrayando la acogida muy cariñosa que nos dispensaron, el que todas son todavía jóvenes y que el domingo acudieron la mayoría de los maridos y fueron muy participativos en la tertulia.
Algunas ideas de la Homilía de D. Juan Bautista Granada
Yo cuando hablo de mí puedo hablar muy poco, pero cuando hablo de Jesús, aquello que puedo decir se multiplica. Por eso es muy importante que escuchemos la Palabra de Dios y no sólo que la escuchemos sino que la experimentemos y la vivamos.
No se trata sólo de estudiar y meditar sino de experimentar. Ayer recalcábamos la fe del centurión, las dudas de Sara y la bondad del Señor. Hoy se repiten estas cosas. Si uno tiene certeza plena no puede dejar de tener un amigo. El Señor no es el Señor de la muerte sino de la vida. Él nos hizo para la felicidad. Soy hijo de Dios y he heredado de mi padre, el único bueno, del que solo podemos heredar y tener cosas buenas. Tengo que morir porque soy terrenal; pero no desaparezco sino que mi vida se transforma. ¿Por qué tengo miedo a la muerte? yo vengo de Dios y voy a participar del Señor. La muerte es un tránsito aunque a veces dudamos. Es un proceso que acaba en Dios.
El Señor no sólo cura, sana a la hemorroisa sino que devuelve a la vida a la niña. No sólo da vida en el seno estéril de Sara, sino que devuelve la vida a la niña y los que lo presenciaron se quedaron viendo visiones. La mujer le tocó y se sanó. El centurión le dice: no vengas a mi casa, basta que lo digas de palabra y el criado quedó sano.
¿Yo tengo fe cuando vengo a la Eucaristía? ¿Tengo fe en que el Señor está aquí? Me alegra ver a hombres. Al mundo le hace falta hombres cristianos de verdad, quiere hombres justos, fuertes… gente santa. Yo tengo que ir sin miedo, vivir en libertad. Nuestra fe es de libertad: “SI quieres sígueme”. Nosotros tenemos que decir “SÍ”.
En la segunda lectura, San Pablo les dice a los corintios que está muy bien hablar, pero que no basta con eso que es preciso hacer, como hizo Jesús que siendo rico se hizo pobre. A nosotros se nos dice lo mismo: tú, que tienes mucho, da. Se trata de igualar. La vida de los santos nos muestra cómo ellos han intentado igualar. Los bienes que el Señor nos ha dado tienen que ser para todos. Nos tenemos que distinguir por la generosidad.
A un cristiano no le tiene que dar lecciones nadie sino Jesús. Conoce y hacer. Raparte, porque cuando tu necesites te darán. El Señor que lo ve todo te dará. Tú, que has sido generoso, el Señor será fiel contigo. Hay que ser generoso no sólo con el dinero, sino con otras cosas que también me pueden costar. El hombre tiende a acumular. Comparte, tu padre que está en lo secreto te premiará. Queremos acumular cosas buenas, acumula lo sepan o no. Que con la fuerza de Dios y el amor maternal de la Virgen seamos capaces de vivir así.