La Biblia
2.- LA BIBLIA PUNTO DE ENCUENTRO
Toda la Biblia gira en torno al encuentro del hombre con Dios y de Dios con el hombre.
El Antiguo Testamento contiene la experiencia de un pueblo que, en su búsqueda de Dios y de respuestas a los interrogantes que todo hombre y todo pueblo se plantea y se ha planteado siempre, encuentra un Dios que le responde a través de los acontecimientos de su historia, que suscita hombres extraordinarios que actúan y dirigen al pueblo por los caminos que ese Dios quiere, o que hablan en su nombre movidos por la conciencia de que él mismo los envía, unas veces para denunciar los pecados del pueblo y mover a la conversión, otras para animar y revitalizar la esperanza caída por los acontecimientos adversos de la Historia.
En esa búsqueda, el pueblo de Israel, protagonista del Antiguo Testamento, va evolucionando en su concepto de Dios. Yahveh, su Dios, pasa de ser el Dios de un clan a ser el Dios de un pueblo, de ser un Dios vinculado a una tierra, la tierra de las antiguas promesas donde por fin se asientan tras el Éxodo, a ser un Dios que marcha con ellos al exilio. Un Dios que va al encuentro del hombre, que lo busca y lo salva continuamente. Poco a poco van apareciendo hombres que tienen una idea más amplia de Dios hasta llegar al concepto del Dios único.
Ese encuentro del hombre con Dios llega a su máxima expresión en el Nuevo Testamento. No es consecuencia de la búsqueda ni del esfuerzo del hombre sino del Amor de Dios que en Jesucristo, el Hijo de Dios, viene al mundo para traer la salvación definitiva y universal a los hombres. Ese es el mensaje del Nuevo Testamento. En Jesucristo, Dios se ha manifestado como el Dios Amor y todo hombre puede por medio de Él conocer a Dios y llegar al encuentro con Dios.